“Si no cambiamos nuestra dirección, es probable que terminemos a donde nos dirigimos”
– Proverbio chino
NOTA: en la edición anterior hablamos de la agricultura de precisión, enfocada en las diversas estrategias que se pueden seguir para mejorar los cultivos en el campo. Sin embargo, creo que el futuro de la agricultura necesita dar un paso más allá, trasladarse al interior de edificios.
UN POCO DE CONTEXTO
Hace millones de años los organismos evolucionaron para cooperar entre ellos. La simbiosis se convirtió en la norma y ahora define la naturaleza. Toda la vida en la Tierra está conectada de una forma u otra; por eso, incluso los propios humanos nos hemos convertido en víctimas de nuestra afición por alterar los sistemas naturales. Hemos descubierto a las malas lo que la naturaleza nos da gratuitamente: control de mareas, purificación del aire, regeneración de agua limpia… y lo más importante, mantiene la temperatura en la Tierra. De hecho, el planeta ha cambiado tanto por nuestro empeño en destinar más terreno a la producción de alimentos que, no importa dónde mires, hay abundante evidencia del daño ecológico que hemos causado.
Así, el enfoque para mejorar debe ser aumentar la simbiosis con la naturaleza. Y eso incluye grandes ciudades. Cosas como los tejados verdes, los parques forestales urbanos y la restauración de humedales y estuarios son parte importantes de la solución a los retos ambientales. Además, dan trabajo a mucha gente. Sin embargo, cuando propones este tipo de soluciones a los problemas de medioambiente y paro que hay en grandes ciudades, hay mucha resistencia. Trabajar la tierra se ve como un paso hacia atrás, no hacia delante.
Sin embargo, se están adoptando novedosos sistemas de producción agraria que mezclan agricultura con tecnología, lo que sí interesa a las nuevas generaciones. Estos sistemas se encuentran en las ciudades, dan lugar a grandes producciones y están en el interior de edificios específicamente diseñados para ellos.
Necesitamos construir ciudades que estén preparadas para abastecer a la población que en ellas residen.
HABLEMOS DEL FUTURO
ACLARACIÓN: Como todo en la vida, hay muchas y muy variadas propuestas. Esta vez, solo hablaré a grandes rasgos de las soluciones que me parecen más destacables en la AGRICULTURA EN INTERIOR.
Los invernaderos no son nada nuevo, gracias a ellos la agricultura es mucho más eficiente y los cultivos han mejorado drásticamente. Pero no podemos pararnos aquí, las innovaciones tecnológicas pueden optimizar mucho más las condiciones de crecimiento y, en última instancia, permitir emerger a la agricultura de interior.
Actualmente, el sistema más prometedor es la agricultura vertical. Básicamente, los cultivos verticales son invernaderos de alta tecnología que se colocan unos encima de otros y se pueden construir en mitad de las ciudades. Idealmente, deberían ser baratos de construir, modulares, duraderos, fáciles de mantener y seguros de manejar. Pero, sobretodo, deberían ser rentables.
Obviamente, montar una instalación así requiere un nivel de conocimiento mucho mayor de lo que puede parecer a primera vista. También de coste económico. Sin embargo, los beneficios derivados de ella superan la inversión con creces. El principal beneficio radica en que, al estar cerca de las ciudades, disminuyen enormemente los costes derivados del transporte, refrigeración y mantenimiento de los alimentos. Además, más dinero se quedaría en la economía local donde se producen los alimentos y estaría disponible para los trabajos en las ciudades. Por otro lado, una entrega rápida significa alimentos más frescos y con más retención de nutrientes, ya que llegan a los consumidores finales pocas horas tras haber sido recogidos.
Principales técnicas de agricultura vertical
En realidad, todas las plantas simplemente necesitan luz, agua y nutrientes. Nadie habla de un medio de crecimiento en específico.
Además, normalmente estos sistemas se instalan en naves industriales, en espacios reducidos que suponen una forma fácil de recoger y volver a replantar (no hay necesidad de cosechar ni sembrar). Es decir, son cultivos que suponen trabajos menos intensos y que más personas están dispuestas a llevar a cabo.
Hidroponía
Es una forma de crecimiento sin tierra en la que el cultivo de plantas se da en un ambiente acuático y la solución nutritiva se bombea desde reservorios a las raíces de la planta.
El cultivo hidropónico es muy atractivo porque requiere menos de 1/10 de agua de la que se necesita en la agricultura en tierra. Además, el agua a menudo se recicla y rehúsa en el mismo sistema, haciendo que se gaste todavía menos y que el coste sea menor.
En la hidroponía, la tecnología de precisión también permite darles a las plantas las cantidades exactas de nutrientes, agua y luz que necesitan para crecer.
El cultivo en hidroponía está dominado por Europa y ha ganado popularidad gracias a la multitud de beneficios que tiene y a la inestabilidad de los sistemas tradicionales, muy afectados por las malas condiciones ambientales.
Acuaponía
Es un sistema de crecimiento que integra la cría de peces (acuacultura) e hidroponía. Las plantas crecen en un ambiente acuático y los nutrientes vienen de los desperdicios de los peces.
Su gran potencial deriva de que es un sistema cerrado altamente sostenible. En él, los peces crecen en tanques en interior y los desperdicios (muy nutritivos) de los peces actúan como fuente de alimentación para las plantas; las plantas absorben estos nutrientes y filtran el agua, que vuelve al tanque de los peces.
El sistema inherentemente recicla agua, con peces y vegetales creciendo a la vez en un sistema controlado. Al requerir un 90% menos de tierra y agua que la agricultura tradicional tiene el potencial de producir tres o cuatro veces la cantidad de alimento que la agricultura tradicional. Con los fertilizantes naturales de los desperdicios de los peces, no necesitamos fertilizantes químicos. Es un sistema limpio, eficiente y sostenible para la producción alimentaria.
Además, criar peces en vez de otras fuentes de carne es increíblemente beneficioso para nutrir al mundo, los peces son una de las fuentes más eficientes de producción de proteínas ya que requiere menos pienso y produce la misma masa de carne comparado con animales de tierra.
Aeroponía
Es un sistema de crecimiento en el que las plantas no crecen ni en tierra ni en agua, sino que el agua y los nutrientes se pulverizan directamente a las raíces para su absorción.
El agua en los cultivos verticales
Para eliminar su potencial de causar enfermedades se somete a un tratamiento del que se extrae una cantidad considerable de metano (algunas empresas lo almacenan y usan como energía alternativa), fango (se usa en vertederos) y agua gris (se somete a cloración y se añade a la masa más cercana de agua). En los países menos desarrollados el agua gris se descarta sin ser sometida a ningún tratamiento, esta práctica aumenta considerablemente el riesgo de salmonelosis, cólera, disentería y otras infecciones que se transmiten por contaminación fecal. En cualquier caso, es un desperdicio de agua limpia.
Las plantas en cultivos verticales pueden convertir de forma segura el agua gris en agua potable. El agua purificada resultante puede entonces usarse en otros cultivos verticales para críar peces o incluso algas, y para desarrollar otros cultivos verticales. Por último, cualquier agua salida de un cultivo vertical sería potable.
Los desperdicios líquidos municipales (agua negra) se gestiona de forma diferente a los desperdicios sólidos. Muy a menudo, en países menos desarrollados, tanto el agua gris como la negra se eliminan sin tratamiento. Esto aumenta enormemente el riesgo de enfermedades fecales.
Panorama actual de los cultivos verticales
Actualmente, los huertos verticales urbanos no tienen sentido económico para todo tipo de cultivos. El inmenso capital y los costes de energía asociados a los cultivos verticales son las mayores barreras para su adopción masiva. El uso de led artificial en el cultivo de interior y la energía requerida para calentar los mismos implican enormes costes de energía que no siempre justifican los beneficios.
Por otro lado, la agricultura es una industria compleja e implica diferentes regiones necesitarán diferentes soluciones. Dentro de unos años, Israel sufrirá sequía crónica por lo que hidroponía y acuaponía no tendrán sentido, requieren demasiada agua; en vez de la agricultura tradicional, Israel usa sustrato mineral llamado vermiculita como medio de crecimiento, ésta se ancla rápidamente a las raíces y promueve un crecimiento mucho más rápido de las mismas, también tiene la habilidad de racionar la cantidad de agua, minimizando su uso y preservando el nivel nutricional en las plantas. Cuando tu país es uno de los que tiene menor cantidad de agua en el mundo, te ves obligado a innovar para asegurar tu seguridad a largo plazo.
Con tal límite de espacio, la mentalidad en Singapur es siembre “construir hacia arriba” y no necesariamente “construye a lo grande” así que aquí tiene perfectamente sentido los cultivos verticales urbanos que utilizan el espacio de forma mucho más eficiente.
Realmente, el mundo es un tablero de juego.
CONCLUSIÓN
Nos encontramos en un punto sin retorno en el que, si continuamos urbanizando sin incorporar los elementos necesarios para vivir de forma sostenible y no entendemos los efectos que el consumo masivo está teniendo en los procesos ecológicos, entonces, la ciencia es clara y los satélites ya nos han mostrado la velocidad que está alcanzando el cambio climático. Los desperdicios agrícolas son responsables de más cambios en los ecosistemas que cualquier otra forma de contaminación.
Hoy en día, la agricultura ya no está limitada por la geografía o el clima. La imagen de una plantación rural está poco a poco desapareciendo. Sin embargo, encontrar formas de reciclar y reutilizar la energía malgastada puede ser crítico para la sostenibilidad de los cultivos verticales de interior.
Plantar la mayoría de cosechas en edificios diseñados especialmente para ello dentro de los límites de las ciudades y usando métodos que no requieran el uso de tierra permitiría la expansión de la naturaleza en más terrenos que actualmente se dedican a la agricultura, produciría más puestos de trabajo en las ciudades, se reducirían los gastos derivados del transporte y la calidad de los productos sería mejor ya que serían productos de cercanía y recién cosechados cuando el consumidor los adquiriese.
Seguiremos investigando.
Como siempre, te animo a que me des feedback y a que lo compartas con las personas a las que crees que les gustará. Así me ayudas a llegar a más gente y que tu amigo tome decisiones más informadas.
Nos leemos pronto,
Carolina
RECOMENDACIONES
- The vertical farm. Feeding the world in the 21st century: libro de Dr. Dickson Despommier. Es una referencia en cuanto a cultivos verticales. Personalmente, me parece una lectura tan inspiradora como interesante ya que no solo habla en térmicos técnicos, si no que hace un recorrido a lo largo de la historia de la agricultura y muestra así por qué son necesarias este tipo de instalaciones en el futuro.
- Hungry for disruption: libro de Shen Ming Lee. Cada capítulo es un tipo de nueva tecnología que puede suponer un cambio radical en la forma que producimos nuestros alimentos.